Olfato de perro para salvar a las abejas en peligro

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Olfato de perro para salvar a las abejas en peligro

Un programa en los Estados Unidos entrena perros para inspeccionar colmenas y detectar bacterias dañinas que puedan afectar a las abejas melíferas cruciales para polinizar los cultivos.

El perro Mack olfateando una colmena para detectar la presencia de la bacteria Loque americana (Cybil Preston)

Las abejas melíferas (Apis mellifera) son vitales en la industria alimenticia de los Estados Unidos, ya que este insecto poliniza aproximadamente un tercio de los cultivos de este país. Po lo tanto, asegurar su viabilidad y su bienestar es un tema crucial.

Cybil Preston, inspectora jefa de colmenares del Departamento de Agricultura de Maryland, se encarga de vigilar de cerca y velar por la supervivencia de las colmenas comerciales que los apicultores alquilan para trabajar floraciones en todo el país: almendras en California, arándanos en Maine y Nueva Jersey o cítricos en Florida.

Loque americana

Todo lo que puede salir mal con las colmena es reparable, pero esta enfermedad no. Preston certifica que cada colmena que cruza la frontera del estado esté libre de loque americana, unas bacterias que son inofensivas para los humanos, pero que pueden propagarse rápidamente entre las colmenas y diezman las poblaciones de abejas. “Todo lo que puede salir mal con las colmena es reparable, pero esta enfermedad, no”, asegura.

Por desgracia, la Loque americana se encuentra extendida por todo el mundo con más incidencia en las zonas templadas o subtropicales. Es una enfermedad infecto-contagiosa de la cría de las abejas que provoca la muerte de las larvas. La infección ocurre en el período de alimentación, y se trata de una enfermedad altamente contagiosa que puede acabar con todas las colonias de una zona. Para controlar la Loque americana, se exige una constante vigilancia de la población larval en la explotación apícola.

Para poder evitar propagar esta enfermedad, la inspectora Preston entrenó un perro que pudiera ayudarla a detectar la presenciar de loque americana. Esta iniciativa funcionó, y ahora ha recibido una subvención a través del proyecto de ley agrícola federal para ampliar su programa de detección canina.

A diferencia de los humanos, los perros no necesitan que se les abra la colmena para verificar que no tengan loque. Pueden oler y avisar si las bacterias han eliminado las larvas. Preston asegura que cuatro personas que trabajan a tiempo completo detectan menos de la mitad que un solo perro.

Fuente: lavanguardia.com