Se puede estudiar las decisiones que toman las abejas y ver si están relacionadas con hechos que asociaríamos a estados de ánimos positivos o negativos.
Lo primero que querría es hacer una advertencia, y es que las emociones tal y como las conocemos (alegría, tristeza…) son más bien algo subjetivo del ser humano, imposible de estudiar en animales como tal. En el fondo, las emociones son abstracciones de nuestro estado de ánimo y es imposible preguntar a un animal si está alegre o triste. Veamos lo que hizo este grupo de científicos.
En un primer experimento, los científicos entrenaron a las abejas a asociar un color (el azul) con una recompensa positiva (agua con azúcar, mmmm ¡ñami!), de forma que las abejas fueran hacia ese color en cuanto lo vieran. Entrenaron también a las mismas abejas a asociar otro color (verde) con una opción sin recompensa, de forma que las abejas acabaron perdiendo el interés por ese color. Una vez las abejas habían aprendido este protocolo, los científicos cambiaron el experimento y les presentaron a las abejas un estímulo que no conocían (de color ambiguo, morado). La gracia es que, antes de este nuevo test, la mitad de las abejas recibieron un poco de agua con azúcar mientras que las otras no recibieron nada. Y lo que comprobaron es que las abejas que habían recibido el azúcar iban hacia el estímulo ambiguo mucho más rápido que las otras, como si se sintieran optimistas acerca de la posibilidad de encontrar una recompensa.
En un segundo experimento, los científicos diseñaron un mecanismo para atrapar e inmovilizar a las abejas, simulando lo que sucedería en un posible ataque fallido por parte de una araña. También aquí comprobaron que las abejas que habían recibido azúcar antes del ataque eran capaces de recuperarse antes. Es decir, el haber recibido un estímulo positivo les hacía resolver una tarea posterior de forma más efectiva que las que no habían recibido azúcar. Para demostrar una posible relación neurobiológica con los estados de ánimo, los investigadores bloquearon algunas moléculas que se sabe que intervienen en estados de ánimo positivo, como la dopamina. Y, en efecto, comprobaron que, si se bloqueaba la acción de la dopamina, el azúcar antes del experimento no tenía ningún efecto. Así, de primeras, parece que las decisiones de las abejas sí dependen de si están o no en un estado de ánimo positivo, ¿no?
¿Cómo interpretamos estos resultados? Quizás como un primer paso hacia algo parecido a estados de ánimo en insectos. Desde luego, hay que tener ciertas reservas y los resultados se podrían explicar por la acción del azúcar sobre la memoria u otro efecto secundario. Aún así, parecen ser prometedores.
Fuente: asociacionconciencia.wordpress.com