Vivimos en la era del despilfarro y de los residuos, pero todo nos da igual si con ello ganamos en confort. Aparentemente, nos horrorizamos cuando vemos las imágenes de islas de plástico en océanos lejanos o de entrañas de peces colonizadas por los microplásticos. No pasa nada, es solo un instante, ya que esa isla no está cerca de nuestra casa y nunca hemos visto un pescado en la tienda con esa apariencia.

Ahora, si de verdad estás concientizado con el medioambiente, el papel que cumple la cera de abeja te puede interesar. Para minimizar la generación de residuos, hay tres verbos que debemos conjugar: REDUCIR, REUTILIZAR y RECICLAR. Hoy nos vamos a concentrar en la segunda “R”.

Envoltorios de cera de abeja de Abeego

¿Quién no ha envuelto un sándwich o ha tapado unas sobras con papel de aluminio o con film transparente? Pues bien, los envoltorios de cera de abeja pueden sustituir esos elementos de forma mucho más sostenible, pues están elaborados con algodón recubierto con cera de abejas, mezclada con aceite vegetal (jojoba, almendra, etc.) y resinas de árboles. Algunos de ellos tienen un diseño muy atractivo, para el cual se utilizan tintes también naturales.

La cera de abeja proporciona propiedades antibacterianas, que ayudan a proteger los alimentos. Cuando se utiliza un envoltorio por primera vez, se percibe un agradable aroma a cera. Incluso, algunos dicen que huele a miel. Ese aroma inicial se va perdiendo con el uso.

Para conseguir el máximo valor agregado de este envoltorio, el calor de nuestras manos tiene un papel fundamental. Con dicho calor, la cera se vuelve más maleable, y podemos adaptar la forma del papel al producto que hemos introducido dentro, como si se pegase a él. Como resultado, el alimento queda sellado y más protegido que con los envoltorios tradicionales.

Utilización de los envoltorios de cera de abeja de Abeego

No se recomienda su contacto directo con carnes o pescados sin cocinar, pero sí para mantener frescos los quesos, los embutidos, la fruta, la verdura, las especias (perejil, albahaca, etc.) y el pan (incluidos los sándwiches). También sirve para tapar un recipiente abierto que vamos a guardar en la heladera.

Como es un material que transpira, es apto para cubrir alimentos en proceso de fermentación, como la masa de pan, el yogur o el kéfir.

En el caso de que se utilice para el freezer, se deberían consumir dichos alimentos congelados en el plazo máximo de un mes. No se debe utilizar en el microondas.

Suelen venderse en distintos formatos. Los trozos muy grandes se pueden cortar con unas simples tijeras.

En general, el papel de aluminio y el film transparente se tiran a la basura o, en el mejor de los casos, se intentan reciclar. Sin embargo, este tipo de envoltorio se puede utilizar sucesivas veces. Solo hay que limpiarlo. Para ello, se recomienda lavarlo a mano con agua fría (con agua caliente, la cera de abeja podría fundirse), un jabón neutro y un paño suave y, después, secarlo al aire.

Los fabricantes aseguran que, con un cuidado apropiado, puede durar hasta un año. Después, se arroja a la basura orgánica, ya que es biodegradable.

También se puede utilizar para hacer compost e, incluso, para prender fuego el día que hagamos un asado.

Envoltorios de cera de abeja de Bee´s wrap

Los detractores de este tipo de envoltorio argumentan que no se pliega igual que el film de plástico, que es engorroso tener que lavarlo y que no sirve para proteger carnes y pescados frescos. Además dicen que su precio es elevado. Si te resulta caro, podés hacer un envoltorio de cera con tus propias manos. En la Internet, podrás encontrar tutoriales sobre la manera de encerar telas.

Fuente: mieladictos.com