Aunque la mayoría de la personas no lo sepa, la miel no solo se consigue a través del néctar de las flores, sino que existen numerosas plantas y alimentos que nos proporcionan este sabroso dulce natural. En esta ocasión, vamos a hablar de un tipo de miel bastante desconocida, que, a pesar de todas las propiedades y beneficios que nos aporta, también, debido precisamente a ser un alimento natural, posee una serie de contraindicaciones que debemos tener en cuenta. Estamos hablando de la miel de agave. 

¿Qué es la miel de agave?

La miel de agave es un producto natural elaborado a partir de los azúcares del agave azul, más comúnmente conocido como pita. Sí, esa planta que solemos encontrar en lugares secos, y que se caracteriza por ser muy dura y por poseer espinas en sus hojas, es el origen de esta miel tan particular. De hecho, y como dato curioso, hay otro producto que también procede de esta planta y que, seguramente, no conocías: el tequila. 

El agave azul es la planta de donde se extrae la miel de agave. Para la elaboración de esta miel, se prensan las hojas de la planta y se extrae la salvia, que se somete a un proceso cuyo resultado es la miel. Sin embargo, es aquí donde empiezan las complicaciones, ya que, según algunos expertos, este proceso no altera en absoluto las propiedades del agave y, en consecuencia, continúa siendo una miel saludable. No obstante, otros opinan que, debido al proceso (exposición a altas temperaturas, entre otros), pierde muchas de sus propiedades y, por tanto, deja de ser un alimento saludable.

Propiedades y beneficios de la miel de agave

Estimula la flora intestinal

Esta propiedad, que comparten muchas mieles, es muy importante para tener en cuenta si se padece de algún tipo de trastorno gastrointestinal. Al estimular la flora, no solo estarás mejor protegido contra posibles infecciones, sino que también ayudará al tránsito intestinal de forma totalmente natural. Por tanto, podemos afirmar que la miel de agave estimula la flora, ayuda a eliminar el estreñimiento e inhibe las bacterias intestinales.

Baja en calorías

Como casi todas las mieles, la miel de agave, por su bajo contenido calórico, también es una opción para quienes están a dieta.  Al ser tan dulce, se necesita mucha menos cantidad de miel de agave que de cualquier otro producto endulzante.

Una pequeña cantidad de miel de agave es suficiente para endulzar cualquier comida y, al ser un producto natural, las calorías que contiene son mucho menores.

Bajo índice glucémico

En relación con lo anterior, a pesar de ser tan dulce, la cantidad de glucosa que contiene la miel de agave es mínima. Esto se debe a que la mayor parte de los azúcares que la componen son fructosa. Por esta razón, la miel de agave se comercializa como un producto para diabéticos, pues la fructosa no se metaboliza en la sangre y, por tanto, los niveles de azúcar en el flujo sanguíneo no se ven alterados.

Peligros y contraindicaciones de la miel de agave

Puede dañar nuestro organismo

Como ocurre con todo, los excesos nunca son buenos, y esto también es válido para la miel de agave. Esta miel posee tales cantidades de fructosa que, aunque, en un principio, su consumo es inocuo, si la incorporamos a nuestro menú de manera habitual, podríamos llegar a tener problemas bastante serios en nuestro organismo.

La cantidad de fructosa que contiene la miel de agave es peligrosamente alta, por lo que puede afectar a nuestro organismo. Para empezar, el hígado es el único órgano capaz de procesar la fructosa. Sin embargo, con tales cantidades de fructosa (hablamos de un 85 % de la composición de la miel de agave), el hígado puede sobrecargarse y transformar la fructosa en grasa y en partículas VLDL (lipoproteínas de muy baja densidad), que aumentan la cantidad de triglicéridos en la sangre. Además, se corre el riesgo de sufrir la enfermedad del hígado graso, que afecta su funcionalidad.

Conclusiones sobre la miel de agave

La cantidad de beneficios que aporta la miel de agave es mayor que sus desventajas, pero, obviamente, los peligros de la miel de agave son mucho más importantes y debemos tenerlos en cuenta.

Fuente: https://actitudsaludable.net/