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Dieta de la Miel

La dieta de la miel aprovecha los poderes de este alimento para desencadenar cambios metabólicos que previenen sucumbir a los antojos de azúcar durante la dieta e, incluso, queman grasa mientras dormimos. No hay que contar calorías; no es una dieta de alimentos caros; no es un plan severo para morirse de hambre y promete hacernos perder fácilmente esos dos kilos que sobran.
La dieta de la miel es el resultado de la investigación de toda una vida del farmacéutico Mike McInnes, tal como informa el Daily Mail. Este especialista descubrió que la combinación única de los azúcares naturales de la miel la convierten en un alimento casi perfecto para perder peso. No hay que dejar a un lado las comidas familiares, los aperitivos ni los dulces prohibidos en la mayoría de las dietas, siempre y cuando se endulce con miel.
Al sustituir el azúcar por la miel durante un día y tomar una cucharada grande de miel antes de acostarse, los mecanismos del cerebro que provocan el antojo de azúcar se apagan por completo. Así que ¿cómo funciona? McInnes cree que la razón principal para no perder peso es que ingerimos demasiado azúcar y alimentos procesados, ya que “incluso los alimentos bajos en grasa, supuestamente sanos, están a menudo llenos de azúcares ocultos o de harina blanca (que el cuerpo rápidamente convierte en azúcar)”.
A pesar de tener algunas dudas sobre el poder de la miel como alimento adelgazante, McInnes cree que es crucial para reducir el estrés nocturno, lo que nos permite dormir mejor y que nuestro cuerpo pueda continuar quemando grasas. Los micronutrientes que contiene cada cucharada de miel provocan que la reacción de este alimento en nuestro sistema digestivo sea totalmente diferente del azúcar blanco.
McInnes cree que la miel es clave para romper este círculo vicioso —a pesar de su reputación nutricional dudosa— y explica que la ingestión nocturna de miel es suficiente para revertir el proceso y reducir el estrés nocturno, lo que permite dormir mejor y, por consiguiente, el cuerpo puede seguir adelante con el proceso esencial de recuperación y reparación (la quema de grasa).
La mayoría de los expertos en dietas ubican a la miel en la misma categoría de comida no saludable, como el azúcar de mesa. Ciertamente, la miel es similar, rica en fructosa y sacarosa y, por lo tanto, se espera que funcione en el cuerpo de la misma manera: elevando los niveles de azúcar en la sangre.

¿Cómo nos ayuda la miel?

Posee menos calorías que el azúcar normal. El azúcar tiene 387 calorías cada 100 gramos, y la miel, 304.
No todas las calorías son iguales: los azúcares engordan según la velocidad con la que se liberan en la sangre. Si bien la miel tiene un índice glucémico alto, es más bajo que el del azúcar, lo que provoca que engorde menos.
A pesar de que la miel está compuesta por un 80 % de azúcares rápidos, un estudio con diabéticos demostró que elevaba el nivel de glucemia en menor grado que el azúcar.
Los estudios demuestran que no hay aumento del peso corporal entre las personas que padecen de sobrepeso u obesidad y que ingieren miel. Ingerir miel con una infusión es una buena manera de controlar el ansia por los alimentos dulces, y además, esta bebida posee un contenido calórico bajo (si apenas se agregan dos cucharaditas a la infusión).
La miel presenta múltiples propiedades para la salud; de esta manera, se evitan todos los riesgos derivados de la ingesta de edulcorantes artificiales.
La miel “es creada a partir del néctar de las flores por las abejas, que actúan como una especie de planta de procesamiento natural, ya que digieren parcialmente los azúcares y cambian su composición, lo que afecta la forma en que nuestros cuerpos los metabolizan”.
Asimismo, los centenares de micronutrientes que existen en cada cucharadita de miel cambian la forma en que la sustancia reacciona en nuestro sistema digestivo. Los estudios muestran que, cuando bebemos una taza de té o comemos un yogur, ambos endulzados con miel, los azúcares que esta contiene se comportan de una manera
completamente diferente del azúcar blanco.
De hecho, las pruebas realizadas por los laboratorios de investigación médica en Dubái muestran que una cucharada de miel parece reducir los niveles de azúcar en la sangre en lugar de aumentarlos, tal como lo haría una cucharada de azúcar blanco.
Fundamentalmente, la miel ayuda a que el cerebro reciba un flujo constante de combustible. Combinado con algunas reglas de oro simples, esto significa que usted puede comer bien, reducir el exceso de peso y disfrutar de algo tan dulce como la miel.

Conclusión

La ingesta de miel en una dieta para adelgazar es una opción mucho mejor que los edulcorantes artificiales o el azúcar. La miel permite controlar el peso sin renunciar al dulzor natural, pero tengamos siempre presente que su consumo debe ser moderado.