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La polinización es la transferencia de polen desde la antera (parte masculina de la planta) al estigma (parte femenina de la planta), fenómeno que permite la reproducción del organismo vegetal.

La mayoría de las plantas del planeta, son polinizadas por insectos (polinización entomófila). Existe una fuerte relación desarrollada durante millones de años, entre plantas e insectos polinizadores, que ha determinado una evolución y adaptación mutua, tal vez tan reducida, que la ausencia del específico insecto polinizador significaría la desaparición de la especie vegetal.

Apis Mellifera juega un papel importante en el mantenimiento de diferentes ecosistemas terrestres a través de su trabajo como agente polinizador, sus características anatómicas y de comportamiento la convierten en un excelente insecto capaz de desempeñar este importante rol.

Se nutre solamente de néctar y polen que recolecta a través de mecanismos específicos: tiene el cuerpo cubierto de pelos plumosos y ramificados que llevan una carga electroestática que le permite capturar el polen de manera eficiente.

El tercer par de patas está dotado de un dispositivo llamado corbícula o “canasta” formado por pelos fuertes largos y curvos que le sirven como almacén para los gránulos de polen después de haberlo mezclado con enzimas digestivas, este dispositivo está presente solo en las abejas obreras, no se encuentra en reinas y zánganos. Estas características anatómicas, le permite de recolectar polen de manera eficiente.

Además, su particular comportamiento alimentario permite que el polen recolectado sea transportado con facilidad a las flores que visita, en un solo viaje una pecoreadora puede llegar a visitar cerca de mil de flores de la misma especie, eso significa fidelidad a una especie vegetal, que seguirá libando hasta que la floración de la especie no desaparezca, este comportamiento se llama constancia de forrajeo y es muy útil para la polinización cruzada.

Es un insecto eusocial, vive en colonias organizadas, donde los individuos comunican y comparten informaciones respecto al origen del polen y del néctar a través de mecanismos muy específicos y complejos.

Cada colonia puede tener unas 25.000 pecoreadoras que hacen 7-14 viajes por día cada una, eso significa que en un solo día millones de flores pueden ser polinizadas.

Estas características convierten el Apis Mellifera en un excelente agente polinizador, ayuda indispensable para la conservación de la biodiversidad de los diferentes ecosistemas y en el mantenimiento de la variabilidad genética de la comunidad vegetativa; sin abejas y sin polinizadores en general, la biodiversidad y la variabilidad genética de las especies sería muy limitada, eso se traduce en ecosistemas débiles y no adaptables a cambios.