“Apicultores del Himalaya”

walter poplawski
Walter Poplawski, uno de los accionistas de la empresa Villamora con sede en Buenos Aires
15 agosto, 2017
walter poplawski
Promueven la trazabilidad de la miel para fortalecer las exportaciones
23 octubre, 2017

“Apicultores del Himalaya”

Las reglas que gobiernan el mundo natural están a nuestro alrededor. Lo demuestran hombres de la tribu Gurung, también llamado Tamu, una etnia que emigró de Mongolia a la región central de Nepal en el siglo VI.

Para ir a buscar la miel silvestre, deben introducirse en la selva donde utilizan herramientas indígenas para la expedición. Buscar una de las formas perfectas de la naturaleza, soberbiamente diseñada para ahorrar energía precisamente en los acantilados del Himalaya, es la razón por la que se unen dos veces al año y ponen su vida en peligro para cosechar la miel de las colmenas más grandes del mundo. Por miles de años, las habilidades requeridas para practicar esta tradición antigua y sagrada han sido transmitidas de generación en generación.

La abeja del Himalaya construye colmenas gigantes, que pueden medir hasta dos metros de ancho, las abejas trabajan incesantemente para protegerlas.

Escondida bajo la capa protectora de miles de abejas, hay una delicada red de hexágonos exquisitamente diseñados.

Estas celdas cuidadosamente construidas, se utilizarán para almacenar miel, comida esencial que ayudará a las abejas a pasar los meses malos.

Algunas formas son puramente decorativas, pero el hexágono es útil, es una forma que encaja a la perfección, se arma sin dejar huecos. Otra formas consiguen lo mismo, triángulos y cuadrados por ejemplo, pero las abejas solo usan los hexágonos. El hexágono es distinto a otras formas que encajan a la perfección, es la forma que permite a las abejas almacenar la miel con más eficiencia.

Las abejas han descubierto una regla física oculta que las ayuda a sobrevivir a los fríos inviernos del Himalaya. Construir esos conos enormes es un trabajo duro que requiere energía. Por cada gramo de cera una abeja tiene que consumir seis gramos de valiosa miel, pero las abejas han aprendido a usar una regla geométrica. De todas las formas que podían usar para almacenar, el hexágono es la más eficiente, es la forma que necesita menos cera para construirse. Lo que significa que las abejas utilizan menos energía para hacerla y que se puede almacenar más miel.

Los aldeanos se juegan mucho al utilizar unas escaleras de soga caseras colgando precariamente enfrente del enjambre, y aunque sometidos a un ataque constante sujetan una larga herramienta de cortar que complica todavía más el acto del equilibrio. Estos encuentran que las celdillas de los conos están a rebosar de miel, hay tanta que cada trozo de panal puede pesar alrededor de veinte kilogramos.

Los panales con celdas hexagonales para la miel, son una muestra magnífica de la evolución.