El ahumador para abejas: cómo encenderlo y utilizarlo

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El ahumador para abejas: cómo encenderlo y utilizarlo

En 1875, el reconocido apicultor estadounidense Moses Quinby (Baltimore, NY) inventó el ahumador, para amansar y manejar a las abejas convirtiendo este utensilio en el más fiel compañero del apicultor para las inspecciones del colmenar.

Por qué utilizamos el ahumador?

El humo vuelve más dóciles a las abejas y las desorienta (siempre que sea en cantidades moderadas, pues de otro modo las irrita aún más); durante unos minutos, su actitud será menos agresiva hacia el apicultor.

El efecto del humo sobre las abejas es sobre todo distractivo, ya que la amenaza del fuego es un estímulo mayor que el que pueda causar un invasor (el apicultor).

Las abejas, al detectar el humo empezarán a ventilar los panales de cera para enfriarlos y muchas irán a llenar sus buches de miel ante la eventualidad de tener que abandonar la colonia por el fuego, pero no se debe abusar del humo en el interior de la colmena porque puede ser contraproducente e impregnará de olor la miel.

El ahumador debe suministrar una humareda copiosa y fría, es decir, blanca y densa. En caso necesario, enfriar esta humareda con hierba fresca o cartón húmedo.

Tipos de ahumador

Ahumador de fuelle

El más extendido. Compuesto por un cuerpo metálico cilíndrico con salida en forma de tubo en la parte superior, conectado a un fuelle exterior que suministra aire tras un accionamiento manual.

Ahumador eléctrico

Sustituyen el fuelle por un ventilador eléctrico.

Ahumador de pipa

Son de menor tamaño y poseen un tubo con boquilla a modo pipa que se coloca en la boca. Por tanto, nosotros mismo suministramos el aire. Es evidente que su uso se realiza sin la careta protectora, por tanto, solo es común en aquellos países donde las razas de abejas no son agresivas, como en Holanda, Alemania, etc.

Repelentes

Se trata de espray con una sustancia con olor a humo. Se utilizan para operaciones rápidas y puntuales.

Combustibles

El combustible ideal para el ahumador es aquel que se mantenga prendido durante el mayor tiempo posible y produzca un humo blanco y frio.

Para ello podemos utilizar principalmente materia vegetal seca u otros materiales.

Lista de posibles combustibles:

  • Cartón ondulado enrollado

  • Pellets

  • Algodón

  • Yute

  • Virutas de madera

  • Trozos de corteza de árbol

  • Hierba seca

  • Hojas de pino

Será prendido sea directamente por medio de papel de periódico arrugado o bien de cartón ondulado impregnado de una solución de nitrato en agua, seco y cortado en plaquitas de 6 x 6 cm, por ejemplo, que arden sin llama y comunican el fuego al combustible.

Evitar usar los tejidos sintéticos, los papeles de colores y los materiales plásticos.

No deberemos utilizar ningún otro material a modo de combustible especialmente si pudiera conferir a la miel aroma alguno, evitando trozos de madera con restos de pegamentos industriales, materia verde o papeles con tintas o impregnados en hidrocarburos (aceites minerales, gasóleo…).

Protección (y) prevención de incendios

El correcto manejo es imprescindible para la prevención de incendios, pues existe un alto riesgo y está en nuestras manos ser lo más sensato y precavido posible.

Cabe destacar que existen modelos de ahumadores “antichispas” que conectan el fuelle con el cuerpo del ahumador con una pieza cerrada, de tal modo que evita que se produzca salidas de chispas.

Si no tenemos esta característica, otra opción es incorporarle un canuto antichispas que se coloca en el interior del ahumador, y hace función de cámara interna para evitar chispas o llamas imprevistas.

 

Canuto antichispas. Disponible en latiendadelapicultor.com

Una vez en el asentamiento el ahumador se encenderá en un lugar libre y apartado de hierba seca, y si hace viento o en pleno verano, mejor dentro del coche para reducir al máximo los riesgos de que con nuestra actividad podamos provocar un incendio.

Una vez terminado el trabajo, el ahumador siempre irá en el maletín o cubo metálico cerrado.

Si después de utilizarlo mucho el ahumador ha quedado excesivamente sucio, límpialo con el levantacuadros: retire las placas de hollín que reducen su volumen y obstruyen su orificio.

El encendido

Antes de visitar una nueva colmena verifica siempre el estado del ahumador y no esperes a que la reserva de materia seca se consuma por completo. Si tomamos esta precaución se evitarán muchos problemas.

 

Pasos

  1. Antes de encender el ahumador, dale la vuelta con la tapa abierta y dale pequeños golpecitos. Presiona ligeramente el fuelle para asegurarte de que el aire circula correctamente.

  2. Enciende el combustible de arranque encima del ahumador abierto, en un lugar donde no corras peligro de provocar un incendio.

  3. Deje caer el elemento inflamado dentro del ahumador y mantenga la combustión presionando y soltando el fuelle mientras lo sostiene con el pulgar y el índice.

  4. Muy poco después, rellena de combustibles de larga combustión como los que hemos comentado anteriormente.

  5. Con la ayuda del sacacuadros aprieta bien el contenido de tu ahumador para evitar que se encienda.

  6. Una vez prendido el combustible en el interior del ahumador se suministra aire periódicamente para mantenerlo encendido. ¡Ojo! Ten cuidado, porque si se queda sin oxígeno, el papel puede apagarse.

  7. El ahumador está ya bien encendido. Mira bien donde lo dejas para no correr ningún riesgo, lo mejor es engancharlo sobre la colmena.

Cómo ahumar

Saber ahumar una colmena es determinante para la actividad apícola: la serenidad en el trabajo y el éxito de todas las operaciones interiores dependen de ello.

Para ahumar bien hace falta una precisión que sólo se adquiere con la experiencia: el apicultor neófito ahúma demasiado o demasiado poco. Para que las abejas no muestren un comportamiento excesivamente nervioso, hay que mantener un ahumado mínimo mediante pequeños presionados del fuelle a intervalos regulares.

 

Paul Kelly, ahumando la piquera de una colmena Langstroth fijista

Lo primero será ahumar la piquera. En la mayoría de los casos, bastan dos o tres bocanadas.

Las abejas, ante el temor de un peligro, se hartarán de miel y emitirán un zumbido prolongado. Es necesario conseguir este zumbido para poder dominar a las abejas. Su agresividad disminuye e incluso desaparece.

Posteriormente debes colocarte detrás o al lado de la colmena a inspeccionar a fin de no interponerse en la línea de vuelo de retorno de las abejas.

Tras esperar unos segundos, se procederá abrir la tapa e ir ahumando continua y pausadamente sobre los cabezales de los cuadros para ir haciendo descender a las abejas.

Sin humo no es posible trabajar con las colmenas, especialmente nuestra abeja ibérica.

Esta es la actuación apropiada si las abejas se muestran nerviosas: ahumar un poco mas, pero no demasiado y sin perder nunca la calma, dirigiendo el humo entre los cuadros.

El error que no debe cometer: ahumar excesivamente una colonia, ya que corre el riesgo de intoxicarla. Y durante el periodo de recolección, la miel cogería un sabor a humo que alteraría su aroma.

Fuente: www.latiendadelapicultor.com