Entrevistamos a Viviana Bonzini quien nos cuenta en detalle sobre la cosecha de miel que hubo en Ceres, Santa Fe, este año. La situación que provocaron las inundaciones principalmente en la zona del norte. También sobre los problemas que afrontan los productores con el nuevo sistema de trazabilidad.

Como hemos charlado previamente, nuestro objetivo es ver si podemos hacer algún balance de esta temporada. Recordemos que tanto tu negocio como tu familia están ubicados en Ceres, en la provincia de Santa Fe.

En líneas generales, podemos decir que la cosecha ha sido buena. Arrancó bien; noviembre y diciembre fueron meses muy buenos. El mayor aporte, en realidad, lo ha dado el girasol, con algo también de melilotus, pero la predominancia ha sido el néctar de girasol. Estábamos esperanzados con el mes de enero, ya que, si las condiciones climáticas se daban, siempre tenemos entrada de néctar de alfalfa, pero nos sorprendieron las lluvias acá, en el norte. En realidad, nuestra zona no fue tan compleja como sí lo fue más en el norte, desde Tostado hacia arriba. Es decir, el problema que tuvimos acá es que no se pudo entrar más a los campos porque no había piso, por tanto la alfalfa no dio nada.
Al haber tanta superficie de alfalfa en esta zona, estaban todas las condiciones dadas para que pudiéramos obtener la miel más clara —la de alfalfa— en el mes de enero. Pero, lamentablemente, la lluvia no permitió obtener nada de la alfalfa. O sea, la miel que hay en las colmenas es toda la entrada que hubo hasta fines de diciembre y algo que puede haber entrado en el mes de enero, pero digamos que la cosecha ya terminó. Solo falta terminar de recolectar la miel.

Vamos a puntualizar un par de temas si te parece, Viviana. Tanto en la zona donde la inundación no fue tan grande como en el área donde no se ha podido entrar por las grandes lluvias ¿Hay posibilidades de que la miel de esas colmenas todavía esté cuando se pueda entrar, ya que la colmena, seguramente, algo va a consumir?

Sí, ese riesgo existe. Es más, en algunos apiarios donde no había piso y llovió bastante, pero, de todos modos, se puede llegar, observamos que la abeja consumió parte de esa miel. Por eso, hago una estimación. Si nada de esto hubiera ocurrido, es decir, si la gente hubiera podido recolectar la miel o cosecharla hasta el 31 de diciembre, podríamos haber hablado de cincuenta kilos con certeza. Sin embargo, ahora, con la imposibilidad de ingresar en los campos, ya te adelantaría un promedio de entre cuarenta y cincuenta kilos. Esta es la situación que hemos tenido.
De todas maneras, la gente está contenta. En realidad, ha sido un año de muy buena calidad de miel, sin humedad, con muy buen cuerpo y color porque, por más que el girasol haya tenido una predominancia notoria (cuando se abren los tambores, se observa que hay una predominancia de néctar de girasol), de todos modos, la miel tiene menos de 50 mm.
Ahora, tenemos que terminar y hacer la curación que corresponde en esta época, donde aparece la varroa. La imposibilidad de ingreso en los campos que mencioné antes puede llegar a complicar también el tema de la curación, pero esto es más al norte. Acá, en la mayoría de los lugares, la gente ya puede ingresar, y por lo menos por ahora, está anunciado buen tiempo.

Bienvenido sea para esa zona. Más hacia el norte, donde han tenido importantes lluvias e inundaciones en gran cantidad de hectáreas ¿Sabemos si se han perdido colmenas porque se las llevó el agua?

Sí. En realidad, no hay una estimación de cantidad o de porcentaje, pero la gente de Tostado me decía que el agua había arrastrado colmenas en los apiarios localizados en los bajos submeridionales, donde hay mucha superficie de melilotus, y, en años húmedos, resultaba ser un área muy productiva.
Asimismo, en las zonas cercanas al margen del río Salado, que también pasa por la zona de Tostado, la gente dice que no le quedó nada. No hay una estimación de la cantidad de colmenas y de apiarios, pero yo creo que, en un par de meses, vamos a tener ese dato lamentable. El otro problema son los productores a los que les llegó el agua a la piquera o que superó la piquera.
Van a poder recuperar muy poco porque no se sabe cuándo van a poder ingresar o, si lo logran, llegan caminando, pero es poco lo que se puede hacer, y lamentablemente, van a tener una pérdida.

Sin duda. Viviana, me gustaría que cambiemos de tema y hablemos de la necesidad de los exportadores de trabajar solo con tambores nuevos. Si bien la normativa del SENASA dice que están aprobados tanto los tambores reciclados como los nuevos, actualmente ambos necesitan una certificación ¿Cómo lo manejó el productor en tu zona?

En mi zona, durante estos últimos años, a la gente le ha resultado más conveniente trabajar con un tambor nuevo y no con uno reciclado, por numerosos motivos; por ejemplo, por no querer complicarse a la hora de cerrarlo, de transportarlo en su misma sala y su mismo depósito. Por supuesto, el costo del envase es alto para el productor, y el tambor ya no se vuelve a usar. Este es un tema recurrente todos los años. Sin embargo, acá no se han visto tambores reciclados. Creo que también tuvo que ver la resolución que apareció el año pasado sobre la sigla que debía estar o no en la parte de abajo del tambor, que nunca se terminó de definir. En esta zona, casi no se vio ese tipo de tambores porque la gente no quiere correr riesgos. Por tanto, prefiere llevar un tambor nuevo porque sabe que lo va a poder comercializar a quien quiera y no va a tener la objeción de que le digan “está en un reciclado; no te la compramos”.

Viviana, lo que sí tenemos es un nuevo sistema de trazabilidad apícola que, indudablemente, es un cambio grande por la obligatoriedad de la etiqueta que deben traer los tambores tanto nuevos como reciclados ¿Cómo lo vio el productor de tu región?

Bueno, este tema es complicado para el productor en general porque, a pesar de las explicaciones del caso, a la gente le falta la posibilidad de ejecutarlo.
La gente está preocupada por el miedo que provoca la computadora. Algunos no tienen; otros, sí, pero no la saben usar. Si bien primero se decía que iba a ser obligatorio, aparentemente, después se tomó esto como un año de prueba. La consecuencia es que muchos trazaron la miel, y otros muchos no la trazaron, pero esto va a ocurrir a la brevedad porque es un tema instalado. La verdad es que le va a costar a la gente; inclusive, les parece difícil que alguien de la familia lo aprenda, no necesariamente el productor, sino la esposa, un hijo, una hija. Es un cambio fundamental. El productor sabe cosechar y atender su colmena, pero todo esto es demasiado. De algún modo, yo le digo a la gente que lo van a tener que ir resolviendo, tal vez, con alguna capacitación —aunque hubo, pero vía Internet, no presencial—. La gente tiene miedo también de equivocarse al entrar al sistema y hacer todo esto. Es difícil porque, a pesar de que la mayoría de los productores apícolas tiene factura electrónica aun siendo monotributista, no saben hacerla. De algún modo, creo que se va a tener que hacer; quizá, dársela a un tercero para que se la haga.
Por suerte, la trazabilidad todavía no es obligatoria porque este año fue de prueba y el exportador recibe la miel de las dos formas: trazada y no trazada. Sin embargo, estimo que para la cosecha que viene no va a haber más posibilidad.
El otro problema está relacionado con las salas de extracción, que continúan siendo pocas de acuerdo con la cantidad de productores que hay. Existen algunos avances: gente que tenía una instalación y la ha dividido, ha generado la zona limpia —tras la visita de los funcionarios del SENASA—, ha avanzado en las obras para mejorar y poder tener la sala como se debe. Sin embargo, de todos modos, las salas todavía no son suficientes, y, a pesar de la visita del SENASA, la gente no se anima a hacer demasiadas cosas porque es una visita ocasional y no periódica, por tanto, nadie controla lo que se hizo y determina si se puede avanzar. Falta avanzar con las salas de extracción en todo el país.

Viviana, te agradezco este reportaje para Infomiel.com. Seguramente, haremos un seguimiento de todos estos temas.

Por favor, muchas gracias a vos por interesarte en nuestra zona. Ojalá que las cosas mejoren y se equivoquen los pronósticos anunciados, con muchas lluvias hasta principios del otoño. Espero que pueda mejorar la situación, y la gente pueda llegar, curar y tratar de recuperar lo que más pueda de los apiarios.