Oportunidad para la multiplicación de las colmenas

A fin de maximizar los beneficios, teniendo en cuenta la eficiencia biológica y económica de una actividad sustentable en el tiempo, los apicultores elegirán distintos objetivos de producción: entre otros, la producción de miel y de material vivo o la polinización de cultivos. Para lograrlo, debemos definir la unidad sobre la cual se aplicará nuestra gestión.

Para nosotros, la unidad de gestión es el colmenar o apiario; esto significa que todas las colmenas del apiario reciben el mismo tratamiento y cuidados. Por ejemplo, si decidimos cambiar las reinas, lo hacemos con todas al mismo tiempo; si decidimos invernar en cámara, lo hacemos con todas. Esto provoca que comencemos a tener uniformidad en el apiario, ya que la mayoría de las colmenas se comportan de manera similar (Figini, 2000).

Planificar nuestro trabajo en el colmenar significa establecer el objetivo de la empresa y trazar el camino para llegar a él. Se deberá conocer el sistema de producción, identificar sus componentes e interacciones y establecer los medios para modificarlos. Este camino tecnológico se obtiene analizando toda la información posible que surge de la aplicación de la gestión en el territorio.

La articulación del Proyecto Integrado de Desarrollo Apícola (PROAPI) con el Programa Cambio Rural les facilita a los productores obtener y gestionar la información para lograr un producto diferenciado. El concepto es expresado en el siguiente esquema:

El proceso de multiplicación se realiza con el criterio del camino tecnológico para lograr el objetivo de estandarizar los trabajos. Ahora bien, ¿cuál es el momento para la multiplicación de las colonias?

En el contexto actual de la apicultura, en donde la oferta de alimentos se encuentra restringida en varios momentos (especialmente en primavera), es muy importante el momento elegido para realizar la multiplicación de las colonias, que debería estar en sintonía con la curva de floraciones. El tipo de colmena que se pretende multiplicar también es crucial. El concepto que debemos respetar sería el siguiente: multiplicar solo cuando la colmena alcanza un desarrollo significativo y las abejas cuentan con abundancia de nutrientes. Esto significa ni más ni menos que imitar el comportamiento de las colonias de abejas melíferas, que solo se reproducen en condiciones de abundancia (Figini, 2000). En síntesis, los productores de un territorio deben saber la curva de floración e inspeccionar el apiario para conocer el número de colmenas que deben multiplicar.

De acuerdo con la curva de floración de la cuenca del Salado, los meses de octubre y noviembre son los apropiados para realizar la multiplicación según los siguientes criterios:

        Momento de multiplicación de colmenas

• Poseer dos o más panales de reservas energéticas.

• Conservar ocho o nueve panales cubiertos de abejas.

• Contar con panales de menos de tres años de antigüedad.

• Mantener una reina nueva y de genética conocida.

• No mostrar síntomas clínicos de loque americana ni europea.

• No presentar síntomas clínicos de Nosema apis ni de cría yesificada.

• Tener bajo nivel de infestación con varroa.

En síntesis, debemos hacer una revisión de los siguientes elementos: población, nivel de reservas y ausencia de enfermedades (cría yesificada, loque americana y varroasis).

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