«No va a ser una cosecha mala, pero tampoco va a ser buena»

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«No va a ser una cosecha mala, pero tampoco va a ser buena»

Conversamos con Tony Duckwen, quien nos cuenta cómo viene la cosecha en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y sur de La Pampa, y las dificultades que enfrentan hoy los productores con el nuevo sistema de trazabilidad.

El objetivo de nuestra entrevista es conocer tu punto de vista sobre tu zona. ¿Cómo viene esta nueva temporada Tony?

La zona de la que estamos hablando es el sudoeste de la provincia de Buenos Aires y una parte del sur de La Pampa, desde Villalonga/Río Colorado hasta Tres Arroyos. Todo está muy desparejo. Hace dos meses, pensábamos que iba a ser otra cosa porque la primavera venía muy bien; realmente, estábamos todos muy ilusionados con tener una buena campaña. Pero, a partir de fines de noviembre, las lluvias no aparecieron y, cuando lo hicieron, empezaron a ser muy sectorizadas. Ha llovido en algunos lugares muy bien, pero siempre muy desparejo. Eso provocó que el nivel de humedad que tendría que haber en la zona no estuvo presente, con el consiguiente retraso. Lamentablemente, no es lo que esperábamos.

Lo cual marca, seguramente Tony, que es una temporada complicada para el productor que está en esos lugares, que es el que se ve más afectado por el clima. Todos sabemos lo que significa producir hoy en día desde el punto de vista del costo económico, y, cuando la producción en cantidad de kilos no viene como esperamos, el panorama no es halagüeño.

No realmente. Hoy, a pesar de que los productores consideran que el precio no está tan mal, el tema es sacar kilos porque con cantidad contrarrestás los costos. Fijate que, por ejemplo, la zona de Villa Iris, Médanos, Algarrobo viene de una sequía muy importante. No llueve bien desde noviembre; hubo alguna lluvia escasa en diciembre y, prácticamente, nada en enero. Además, el problema no son solo las lluvias, sino que lo que está afectando por el cambio de clima es el viento. Antes, el viento venía en agosto. Ahora, el viento es en agosto, septiembre, octubre, noviembre, diciembre, enero. Además, las estadísticas dicen que el clima en enero, en las costas bonaerenses del sur, fue bastante malo.

¿Queda alguna esperanza para los productores, teniendo en cuenta que gran parte —desde el punto de vista del año calendario— de la temporada ya se ha desarrollado? ¿Quedaría alguna esperanza, obviamente lluvia y temperatura mediante, para que quede alguna floración para estos productores?

En la zona de Coronel Suárez, por ejemplo, y sus alrededores —Guaminí, Bolívar— el régimen de lluvia ha sido un poquito más elevado, por tanto, la cosecha no estaría tan mal. Acá podríamos hablar de treinta y cinco kilos como máximo porque están ayudando mucho los girasoles. Ayer estaba hablando con un productor de Villa Iris, y él pensaba que no iba a llegar a los veinte y, con mucha suerte, a los veinte y cinco kilos. Vos sabés muy bien que el límite de kilos por colmena es veinte: de ahí para abajo ya es pérdida. Tendríamos que sacar por lo menos treinta kilos por los altos costos que estamos teniendo. Ahora, todos estamos esperanzados de que a fines de febrero y principios de marzo haya una buena lluvia para la famosa amarilla, como la llamamos. Eso también es una lotería porque todos sabemos muy bien que la flor amarilla no aparece todos los años y tiene que acompañar mucho el clima —humedad y temperatura ambiente—. Son muchos los factores que inciden en la producción de miel de la flor amarilla.

Sin duda. A esa justamente me refería, a la famosa flor amarilla —como todo el mundo la llama—, que por ahí nos da una ayuda, pero que no todos los años, aunque la estemos viendo, nos da néctar para que la abeja pueda libar. Tony, quiero aprovechar también para preguntarte sobre el nuevo sistema de trazabilidad apícola, sobre el que el ingeniero Ariel Guardia López estuvo dando una conferencia a los productores hace un par de meses. Vos estuviste ahí, así como la gente de Villamora. ¿Cómo lo ve el productor y cómo ves vos a este nuevo sistema?

En un principio, Villamora les está dando una asistencia a todos sus clientes. Tiene personal para las consultas y para evacuar todos los problemas que puedan ocurrir. Creo que está bien, que viene bien. Lo único negativo —creo que lo mencioné en la nota anterior— es que no hay una asistencia del SENASA o del ente que tendría que regular esto para el productor porque yo creería que un 60 o 70 % de los productores no es amigo de la computación. No porque él no quiera, sino porque se dedica a producir miel y ni siquiera tiene WhatsApp o Facebook. Entonces, muchos productores apícolas me dicen “nosotros estamos para producir, no para irme a casa, sentarme, introducir los códigos de barra, transferir los tambores a mi comprador y todo eso”. En general, ese problema lo está resolviendo la gente de los productores, de las cooperativas. Y, además, muchos contadores se están empapando en el tema para poder resolverles a sus clientes este asunto. No es un inconveniente porque la trazabilidad viene muy bien: hace que todo sea más transparente, y la competencia sea un poco más leal en el sentido de la compra y venta de la miel. Y también le da la tranquilidad al productor al asegurarse de que su miel está identificada de origen a destino y que se detectan aquellos que puedan adulterar o ingresar algún producto que no está permitido por el SENASA.

Tal cual. Nombraste a los contadores, y es verdad que tenemos un tema generacional en cuanto al uso de la computación. Muchos de nosotros no estamos habituados a un uso que quizás una generación más joven lo hace “de taquito”, como decimos en el campo. Sin embargo, el hecho de que muchos contadores nos estén acompañando también implica un costo mayor para el productor porque el trabajo debe pagarse como corresponde. Por tanto, si no podemos hacerlo nosotros, y tiene que hacerlo el contador, ¿eso implica un costo mayor también, Tony, para tus productores?

Sí. Además están cobrando por factura. Por ejemplo, si el productor me quiere hacer una factura a mí y no la sabe confeccionar porque no puede entrar a la página de la AFIP con su clave, ingresar y confeccionar la factura, el contador le cobra por hacerle la factura y le va a cobrar por cada trámite que le haga. El tema es poder reunirse con alguien que lo haga; además, a muchos les lleva mucho tiempo llevar la parte contable en su computadora. Te lo reitero: tenés razón, no somos amigos de la computación, y nos cuesta mucho. Además, ahora está el DTE para trasladar la colmena; eso implica tener una cuenta en el banco, hacer todos los trámites, dar de alta, de baja. La tecnología nos ha agarrado de lleno, de golpe, porque antes veníamos trabajando tranquilos y sin muchos problemas, pero ahora ha cambiado todo y tenemos que adaptarnos a los cambios, desde ya.

Te queremos reiterar nuestro agradecimiento desde Infomiel.com Seguramente, haremos un balance final una vez terminada esta nueva temporada.

Claro. En este último tiempo, estoy diciendo que “no va a ser una cosecha mala, pero tampoco va a ser buena”. Hay zonas, por ejemplo, el norte de La Pampa, algunas partes de Santa Fe, en González Chávez, en que están muy conformes, están sacando una buena cantidad de miel. Por lo tanto, hay partes que se han visto favorecidas y están teniendo una buena producción, pero la región del sudoeste de la provincia de Buenos Aires y el sur de la provincia de La Pampa no va a ser muy buena.