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Miel de alfalfa

Caracteres organolépticos y características de la miel de alfalfa

Posee un color extra blanco o blanco, con valores en la escala de Pfund de hasta 34 mm.

Marina Marchese, en su libro The Honey Connoisseur, nos cuenta que es una miel cargada de personalidad y que no se trata de una miel de segunda clase.

Su aroma directo en la nariz es floral ligero con notas de paja, de especias, de canela.

Su sabor es dulce, a heno seco o a césped cortado, y es ligeramente ardiente al ingerirla.

Forma cristales de manera rápida, de tamaño pequeño o mediano.

Como se puede ver en la siguiente foto, el color de la miel cambia al pasar del estado líquido al sólido.

Mieles de alfalfa líquidas y cristalizadas

Porcentaje mínimo de polen en la miel de alfalfa para que se la considere monofloral

La miel monofloral de alfalfa debe tener un porcentaje de polen de entre un cinco y un diez por ciento.

Dónde podemos encontrar miel de alfalfa

En España, las zonas de producción se encuentran especialmente en Cataluña y en las comarcas donde hay tradición de cultivo de alfalfa para grano.

En el mundo, los Estados Unidos poseen alrededor del 30 % de la superficie cultivada; la Argentina, un 25 %; y Canadá, un 8%.

Aspectos que se deben coordinar con el agricultor que cultiva la alfalfa

Debido a su alto contenido de sustancias nutritivas, fibra y proteína, la alfalfa se utiliza principalmente para alimentar el ganado.

Originaria de Asia Menor, su cultivo se trasladó a Europa y al Norte de África, traída por los ejércitos que querían alimentar de manera adecuada a sus caballos.

La alfalfa es una planta que se adapta bastante bien a periodos de sequía, y, con las nuevas variedades, se minimiza el riesgo de aplicar fungicidas, lo que la convierte en un cultivo del futuro, del que pueden también beneficiarse los apicultores.

 

Flor de alfalfa fuente de néctar para las abejas

Hay que prestar atención a los herbicidas, ya que el agricultor puede tener que aplicarlos para reducir las llamadas malas hierbas, que, en ocasiones, disminuyen el valor del producto.

La alfalfa también fija el nitrógeno en el suelo y frena su erosión.

A la alfalfa se le pueden realizar cinco o seis cortes al año, y, durante los cuatro primeros años, hay una buena producción de forraje. La clave de la producción de miel de alfalfa se encuentra en estos cortes de la planta. 

La proteína de la alfalfa es máxima y, por lo tanto, su valor, cuando la floración ha llegado al 10 %, lo que reduce la disponibilidad de néctar para las abejas. En ese momento, el agricultor realizará un nuevo corte.

Por todo esto, el apicultor y el agricultor deben estar coordinados, ya que muchas veces el corte de la alfalfa es anterior a su floración, y, sin flores, no hay miel.

La abeja solo visita esta flor cuando está abierta porque, de lo contrario, cuando se posa en la quilla, los estambres le pueden dar un golpe y puede quedar atrapada entre el tubo y el estandarte. 

Fuente: Apuntes de campo. Plantas melíferas. Augusto Krause y Ana María González-Garzo.