Los virus y las abejas: clases, síntomas, factores y soluciones

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Los virus y las abejas: clases, síntomas, factores y soluciones

Muchos patógenos están siempre presentes en las colmenas. En colmenas sanas no suelen dar problemas. Pero dependiendo de su nivel, y de las circunstancias que puedan debilitar los mecanismos de defensa de las abejas, pueden llegar a desarrollarse produciendo problemas.

Algunos de estos patógenos son virus. Éstos son las partículas vivas más pequeñas, tanto que no tienen una estructura celular, son, simplemente, una cadena de información genética autoprotegida por un envoltorio, que cuando llega a una célula adecuada se hace con el control de todos sus sistemas y los dedica a reproducir partículas víricas, acabando con ella finalmente.

En el 2015 se publicó un trabajo de Daughendbaugh K. que refleja está realidad.

En él 16 patógenos fueron identificados por PCR: la bacterias de las loques, esporas de nosema, y varios virus, tanto en colmenas fuertes (B, 81 colmenas con más de 9 cuadros de abejas) como en las flojas (A, 41 colmenas con menos de 5 cuadros de abejas), y en niveles parecidos. Las circunstancias que rodean esas colonias será lo que dará que los patógenos se desarrollen y aparezcan síntomas o no, pudiendo llegar a producir la pérdida de la colmena.

El «Mal de mayo» en las colmenas

Casos de muertes de colmenas por virus siempre los ha habido. El mal de mayo está descrito para Europa desde hace mucho tiempo, aunque en algunas zonas de nuestra península, más tempranas, ocurre antes. En algunos casos podría estar producido por virus que proliferan después de un enclaustramiento prolongado de las abejas en primaveras adversas, lo que aumenta el roce de las abejas entre sí, y les impide defecar en el exterior con normalidad.

El factor Varroa

El primer virus que se describió en abejas fue el de la cría ensacada (SBV, sack brood virus), por G.F. White en 1913.

Pero, desde la aparición de varroa, la presencia de virus ha ido en aumento. La varroa actúa como transmisor de enfermedades, además de debilitar a la colmena.

En el 2020, y años anteriores en algunas zonas, los casos de muertes y decaimiento de colmenas por virus se han hecho más frecuentes en más zonas de España.

Distribución mundial

Aquí podemos ver que la distribución en el mundo de 4 de los virus más frecuentes que afectan a las abejas. En las zonas rojas hay trabajos que citan su presencia, en las zonas verdes ningún estudio los ha detectado, en las zonas naranjas sí han sido detectados solo en Bombus y en las zonas grises no hay datos.

Mapas de la distribución mundial de BQCV (virus de las celdas de reina negras), DWV (virus de las alas dañadas), ABP (virus de la parálisis aguda), SBV (virus de la cría ensacada) Beaurepaire A. y otros 2020.

Podemos clasificarlos según su sintomatología:

SÍNTOMAS EN CRÍA

Virus de la cría ensacada (SBV)

El interior de las prepupas afectadas, recién operculadas, se convierte en una especie de líquido semejante a agua sucia, marronácea-grisácea (lleno de partículas virales), pero la piel se conserva, lo que le da apariencia de saco, de ahí su nombre de “cría ensacada”, sack brood en inglés.

Es muy poco frecuente, hasta ahora, en nuestra península, y suele estar asociado a problemas de nutrición y ataques fuertes de varroa. Al igual que pasa con los otros virus aquí citados, y con otros problemas sanitarios, en los últimos años está aumentando su frecuencia de aparición.

 

Cría ensacada. Foto: Pajuelo Consultores.

Virus de la celda de reina negra (BQCV)

Las crías de reina se vuelven primero amarillas, y van pasando a marrones, y, finalmente, quedan negras y deshechas, pegadas a las paredes interiores de las celdillas operculadas, sin llegar a nacer.

Es muy poco frecuente, hasta ahora, en nuestra península, y suele estar asociado a susceptibilidad genética.

SÍNTOMAS EN ABEJA

Virus de las alas «arrugadas» (DWV)

Las abejas infectadas, durante su metamorfosis, por las picadas de varroa, nacen con las alas «arrugadas» o más o menos abortadas.

Hay una reducción de la vida de las abejas, que no llegan a poder volar.

Está presente en casi todos los colmenares en estado latente. Cuando aparece en una colmena es una clara señal de que en ella tenemos varroa, en cantidad que puede llegar a ser peligrosa.

Solo en algún caso muy muy aislado puede aparecer en una colmena sin varroa, cuando tiene una malnutrición extrema.

Virus de la parálisis aguda (ABPV)

Temblor de alas y cuerpos.

Inicialmente las abejas afectadas pierden el pelo del tórax y el abdomen, lo que les da una apariencia negra, y brillante, acharolada. Posteriormente tienen temblores y parálisis en las patas posteriores, a los que siguen en las otras.

Las abejas no las dejan entrar en la colmena, las atacan: Pueden verse algunas muertas en la piquera.

Suele provocar mortandad de abejas en primavera temprana, a veces en otoño, generalmente más en colmenas fuertes, en las que hay más aglomeración de abejas. Las colmenas suelen recuperarse cuando se estabiliza la meteorología. También puede aparecer, provocando la muerte de la colmena, en épocas y asentamientos asociados a malnutrición extrema.

Virus de la parálisis crónica (CBPV)

Los síntomas y observaciones son los mismos que para la parálisis aguda, ABPV, solo que en este caso se manifiesta con regularidad, año tras año, en el mismo asentamiento.

FACTORES ESTRESANTES

La abeja tiene un sistema inmunológico muy pobre como individuo. Pero al ser un insecto que vive en sociedad puede suplir esta carencia con los comportamientos higiénicos del grupo. Colmenas fuertes y bien alimentadas resistirán mejor cualquier problema.

La varroa, es un elemento determinante para que aparezcan virus, el más visible es el de las alas deformadas.

Aunque no es el único, situaciones de mala nutrición y enclaustramiento prolongado de las abejas hacen que aparezcan los virus de la parálisis, que se trasmiten por contacto, por las heces y oralmente. En este caso las colmenas que más mortandad tendrán serán las más fuertes.

Las intoxicaciones por algún fitosanitario también pueden influir en la aparición de los virus, al inactivar genes detoxificantes del sistema inmunitario

Y una buena herencia es muy deseable, influye extraordinariamente en la capacidad del sistema inmunitario y en los comportamientos higiénicos

¿QUÉ PODEMOS HACER?

  • Desinfectar con soplete todo el material que entre en el almacén, para bajar los niveles de patógenos que puedan quedar en él.

  • Mantener bien alimentadas a las colmenas, con trashumancias a otras floraciones, o alimentando, no solo con azúcares, sino con suplementos proteicos bien equilibrados.

  • Vigilar las colmenas para actuar lo más rápidamente posible, cambio de asentamiento, eliminar las muertas, alimentar.

De momento no hay ningún tratamiento con ningún producto testado contra virus en las abejas. Solo la prevención puede ayudarnos.

Fuente: www.latiendadelapicultor.com