Abejas y apicultura, bajo amenaza de los agrotóxicos

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Abejas y apicultura, bajo amenaza de los agrotóxicos

Las principales dificultades se agravan por los efectos del cambio climático y la degradación del medio ambiente.

Varios factores son los que afectan la apicultura en estos momentos. Entre ellos, se destacan la climatología adversa y el uso de pesticidas tales como el glifosato. Los agrotóxicos han ocasionado en el mundo una fuerte mortandad de las abejas, lo que trae como consecuencia numerosas pérdidas en la producción de miel y de otros productos apícolas.

La principal consecuencia de esta fuerte reducción del número de abejas es la escasa polinización tanto de cultivos como de especies silvestres, lo que tiene repercusiones económicas negativas en muchos cultivos. Sin embargo, si queremos apreciar verdaderamente la importancia de las abejas, no podemos solo remitirnos a valorar los productos que extraemos de las colmenas, sino que no debemos olvidar lo que realmente es su valor fundamental: la polinización.

Cuando se expande un modelo de producción agrícola en conjunto con un paquete tecnológico ligado a los controles fitosanitarios o agrotóxicos, empiezan a surgir problemas relacionados con la contaminación de la miel. Se ha detectado polen transgénico en la miel o, en algunas ocasiones más graves, la muerte de las abejas.

Fernando Brys, director de Brysconsult Meadery (firma que se dedica a la comercialización del vino de miel) y uno de los principales apicultores de la provincia de Misiones, habló con Unidiversidad sobre la situación actual de la industria apícola en el país. “Todo el sector apícola en la Argentina está en jaque. Esto se debe a la modificación de las fronteras agrícolas, que llevan un ‘paquete tecnológico’, un modelo productivo que generalmente es incompatible con la apicultura”.

“De esta manera, se pierde la calidad de la miel e, incluso, se pone en riesgo la producción porque, si el panal llega a estar cerca de algún cultivo industrial muy grande y se fumiga, las colonias de abejas directamente se morirán”, destacó Brys.

Estos problemas se notan particularmente en las provincias de Córdoba, La Pampa y Buenos Aires, pero no están exentas las demás provincias del país. Precisamente, siguiendo al apicultor, podríamos decir que el avance de la soja se comió la apicultura. Esto se debe a que son modelos hiperextensivos, cargados necesariamente de químicos.

De esta manera, se eliminaría la posibilidad de trabajar con colmenas porque la abeja se va intoxicando, se desorienta y ya no vuelve a su panal. Así se corta todo el suministro de agua a la colonia.

Fuente: www.unidiversidad.com.ar