Apiterapia: El aire de la colmena

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Apiterapia: El aire de la colmena

Respirar del aire de la colmena para tener una vida más saludable

 

En Eslovenia afirman que respirar el aire de la colmena tiene muchos efectos beneficiosos para la salud y que aumenta la capacidad de curación del organismo, pudiendo llegar a tratar dolencias tales como bronquitis, asma, enfermedad pulmonar, susceptibilidad a infección, sistemas inmunológicos debilitados, infecciones de la vías respiratorias, dolores de cabeza crónicos y migrañas, así como estrés y depresión.

Respirar el aire de la colmena se ha utilizado como una técnica más de apiterapia desde tiempos del antiguo Egipto.

El proceso combina el aire de colmena en los tratamientos de aerosol. La inhalación del aire caliente de una colmena incorpora todos los elementos naturales que concurren orgánicamente dentro de la colmena tales como propolis, jalea real, cera de abeja y polen que como ya sabemos proporciona una respuesta psicofísica positiva a los seres humanos.

¿Qué es la terapia y el aire de la colmena?

Es la práctica de inhalar los ingredientes específicos que se producen en la colmena de abejas; aceites esenciales, flavonoides de miel, propóleos, jalea real, cera de abejas y polen. Estos están en suspensión dentro del apiario y la inhalación del aire producido tiene un efecto extremadamente beneficioso sobre el estado psicofísico humano. Al inhalar el aire que se mantiene por las abejas, a través de una máscara respiratorio especial, consumimos estas valiosas sustancias.

El aire en la colmena está a 36 grados. En la colmena se han verificado más de 1000 sustancias, pero aún no está claro que combinación de principios activos son los que más inciden en la cura terapéutica dice Edmund Blab, médico, cirujano y pediatra. En la colmena hay aerosoles naturales que contienen, entre otros elementos aceites esenciales, flavonoides, propoleo, miel, polen y cera de abejas. Estos ingredientes se emiten debido al calor en la colmena y por la ventilación, que producen las abejas con sus alas.

Complemento de la medicina convencional

Dependiendo de la gravedad de la enfermedad se necesitan entre 10 y 40 sesiones para tener éxito. El aire de la colmena no solo se utiliza en el asma sino también en las enfermedades alérgicas dolores de cabeza y para el fortalecimiento del sistema inmunológico. Estas terapias deben ser supervisadas por un facultativo y son un complemento natural y sin contraindicaciones, nos ayuda a superar muchos problemas y también es más que perfecto para deportistas niños y ancianos.

El apicultor austríaco Hans Musch, de Ochsenhausen, ha desarrollado el dispositivo Api Air (TM) para inhalar el aire colmena en tratamientos terapéuticos.

El aire colmena se extrae y se conduce hacia la máscara de inhalación a través de un tubo. La corriente de aire está separada por un tamiz de las abejas, de este modo evitamos que las inhalemos. Un controlador del flujo del aire permite ajustar la cantidad de aire que sera respirado. El aire exhalado por el paciente es separado por lo que no entra en la colmena.

El paciente no tiene contacto directo con las abejas. Se sienta durante la inhalación al lado o detrás de la colmena, idealmente en el apiario.

 

¿Funciona realmente inhalar el aire de la colmena?

El efecto positivo de la inhalación de la colmena ayuda mucho, según los testimonios de los pacientes y es algo empírico (demostrable) según los terapeutas.

Parece ser que cada vez hay más investigadores que así también lo creen, cierto es que los apicultores tienen la menor incidencia de cáncer de cualquier otra profesión en el mundo. Este hecho fue reconocido en el informe anual del Instituto de Investigación del Cáncer de Nueva York en 1965. Hace casi medio siglo la revista del Instituto Nacional de Cáncer, vol.9 (2), de Octubre de 1948, publicó un informe de Willian Robinson, MD, et al. En la que se afirmaba que el polen de abeja añadido a los alimentos (En una proporción de 1 parte  a 10.000) retrasó la aparición de tumores mamarios palpables en ratones C3H.

Lj Hayes, MD, tuvo el valor de anunciar, “ Las abejas esterilizan el polen por medio de una secreción glandular antagónica a los tumores”.  Otros médicos, entre ellos Sigmund Schmidt, MD, y Ernesto Contreras, MD, parecen estar de acuerdo de que algo en el polen funciona contra el cáncer.

El Dr. W. Schweisheimer también dijo que los científicos del instituto del cáncer de Berlín en Alemania  nunca se habían encontrado con un apicultor con cáncer.

Un estudio francés investigó la causa de la muerte de mil apicultores y encontró el único caso de un apicultor que murió de cáncer. La incidencia de muerte por cáncer causado en un grupo de apicultores franceses era cien veces mayor que el grupo de apicultores.

Hasta la fecha, ningún estudio ha criticado el hecho de que los apicultores tienen una incidencia muy baja casi insignificante de cáncer en todo el mundo. Debido al peso de este hecho y, junto con su experiencia, John Anderson, profesor de la apicultura, Universidad de Aberdeen, inequívocamente declaró: Deberías tener tus propias colmenas y comer sano si quieres vivir mucho tiempo. Los apicultores viven más tiempo que cualquier otra persona”.

Fuente: www.ecoterapeuta.com